jueves, 31 de marzo de 2011

Reflexión

Hay tantas cosas que podemos hacer con nuestros hijos. Nosotros como padres estamos en el mejor lugar para ayudarlos a adquirir conocimientos sin dejar de lado su mundo emocional para que puedan enfrentarse a la vida con éxito.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Talleres específicos para Colegios

¿Quieres llevar alguno de nuestros talleres a tu colegio?
Comúnicate con nosotros y con gusto te asesoraremos y presentaremos alguno de los talleres que hemos desarrollado.
1.-Disciplina
2.-Pre-sexualidad femenina.
3.-Hábitos positivos.
4.-Disciplina para el salón de clases (Exclusivo maestros).
5.-Manejo de Emociones en niños.

Si deseas algún taller en específico podemos asesorarte.

Saludos!!!!!


Niños Aprendiendo, Mamás Felices

Te presentamos algunos de nuestros materiales de rehabilitación que desarrollamos en CreeSiendo, son materiales que tus hijos disfrutarán y desarrollarán diversas habilidades intelectuales jugando.

Materiales para el desarrollo de memoria, atención y percepción, desarrollo de redes neuronales, lecto-escritura, manejo de emociones, comprensión lectora, desarrollo matemático, asociación y mucho más es lo que encontrarás para lograr esos cambios significativos que le darán las herramientas necesarias para desarrollarse al tope de sus capacidades.





lunes, 28 de marzo de 2011

Tip de autoestima infantil

Un abrazo a tu hijo(a) de sorpresa cuando menos se lo espere lo dejará flotando un ratito.

Imprime, recorta y ayúdalo a su comprensión

Hola, te regalamos este archivo para que puedas imprimir y recortarlo para que juegues con tus hijos, es uno de nuestros materiales para rehabilitación y desarrollo de comprensión lectora, el cuento se dividide en dos partes, la parte gráfica y la parte de contenido, recorta las tarjetas individualmente, revuélvelas y que tu hijo(a) arme primero la escena del cuento, después tendrá que armar el contenido del cuento en el orden cronólogico y responder las preguntas del final, con esto trabajará su comprensión y asimilación de información, es ideal para niños que saben leer pero no comprenden o entienden en su totalidad de que se trata lo que leyeron, puedes jugarlo además de varias formas, pidiéndole que te de todas las palabras que empiecen con e, etc, o quitándole la última tarjeta del cuento para que te invente un final, etc.. Si deseas el juego completo con los tres cuentos contáctanos o adquiérelo en el centro CreeSiendo

viernes, 25 de marzo de 2011

La Educación prohibida

Les recomendamos muchísimo este avance de el documental La Educación Prohíbida, no se lo pierdan
saludos!

TALLER "NALGADAS MENTALES" Ven y descubre la mejor forma de disciplinar a tus hijos con amor e inteligencia

CreeSiendo. Niños Aprendiendo: TALLER "NALGADAS MENTALES"

CreeSiendo. Niños Aprendiendo: TALLER "NALGADAS MENTALES"

TALLER "NALGADAS MENTALES"

¿Cómo aprenden los niños muy pequeños a controlarse, a ayudarse a si mismos, a llevarse bien con los demàs y a seguir procesos escolares y familiares?

Tal aprendizaje ocurre cuando los padres y maestros de los niños desempeñan un papel activo en ponerles límites, animan el comportamiento deseado y toman decisiones para manejarlos.

Cuando uno toma estas decisiones, siempre se hace las siguientes preguntas:

¿Estoy disciplinando a mi hijo de una manera ofensiva o le ayudará con el desarrollo de su amor propio, o sea, su autoestima?
¿ De qué forma  le estoy aportando a mi hijo  las herramientas necesarias para desarrollar su propio control, es decir,  su autodominio?

Si te interesa, esta es tu oportunidad !!!  Este pròximo VIERNES 1 de abril habrá un Taller dedicado a conocer los métodos y lenguaje que pueden utilizarse para tratar con situaciones comunes que de pronto se vuelven díficiles de manejar. Inscribete ! Es cupo limitado ! Te esperamos !
Incluye materiales impresos, un modificador de conducta de cortesía, Coffee Break y si no tienes donde dejar a tus hijos habrá una estancia por la duración de lcurso por $50 extra.

Costo: $250

¡Los esperamos!

jueves, 24 de marzo de 2011

Cuando hay que hablar de sentimientos

Guía para niños

A veces lo más difícil de algunos sentimientos es compartirlos con otras personas. Pero el hecho de compartir tus sentimientos te puede ayudar, tanto cundo se trate de buenos sentimientos como de otros que no sean tan buenos. Además, el hecho de compartir tus sentimientos te ayudará a sentirte más cerca de la gente que te importa y a quien le importas. Cuando la gente habla sobre sentimientos, a veces utiliza la palabra "emociones".

Céntrate en tus sentimientos

No le puedes explicar a nadie qué llevas en la mochilla si no lo sabes ni tú. Con los sentimientos ocurre lo mismo. Para poder compartirlos con alguien, antes tendrás que aclararte tú mismo sobre qué es lo que sientes.

Hacer una lista sobre lo que sientes te puede ayudar. Puedes hacerla mentalmente o bien escribirlo en un trozo de papel o dibujarlo. ¿Hay algo que te molesta o te preocupa? ¿Te hace sentirte triste o enfadado? ¿Sientes esa emoción de vez en cuando o constantemente?

A la hora de intentar identificar tus sentimientos, te puede ayudar recordar cosas que te han ocurrido y cómo te han hecho sentirte. Entonces podrás decir, por ejemplo: "Me pongo triste cuando mi amigo no quiere jugar conmigo " o "Me enfado porque mi hermano siempre me gana cuando jugamos a hacer canastas". Eso te ayudará a identificar tus sentimientos, y también dará a la persona a quien se lo expliques más información sobre lo que te molesta o preocupa.

¿Por qué hablar sobre los sentimientos?

La forma en que nos sentimos por dentro es importante. Puede ser muy difícil no explicarle a nadie que estás triste, preocupado o enfadado con alguien. Entonces, estarás tú solo con esos desagradables sentimientos. Y, si te lo guardas todo para ti, ¡podrías llegar a ponerte enfermo!

Pero, si hablas con alguien a quien le importas de verdad, como tu mamá o tu papá, lo más probable es que empieces a sentirte mejor. Ya no estarás tú solo con tus problemas y preocupaciones. Eso no significa que tus problemas y preocupaciones vayan a desaparecer como por arte de magia, pero por lo menos habrá alguien más que sabrá qué es lo que te preocupa o molesta y que podrá ayudarte a buscar posibles soluciones.

A tu mamá y a tu papá les importa lo que te ocurre y les interesa saber cuándo tienes problemas porque te quieren y quieren saber lo que está pasando en tu vida. Pero, ¿y si no quieres explicárselo a tus papas? En tal caso, siempre puedes buscar a otro adulto de confianza, como un tío o tía. Tal vez esa persona pueda ayudarte a hablar con tu madre y/o tu padre sobre lo que te preocupa.


¿Cómo puedes hablar sobre los sentimientos?

Una vez hayas decidido con quién quieres hablar, necesitarás elegir un lugar y un momento adecuado para hacerlo. ¿Debería ser tu cuarto, o puedes hablar con tus hermanos en la sala de TV? Eso dependerá de tus preferencias, pero es importante que escojas un momento y un lugar en que puedas hablar tranquilamente sin que nadie los interrumpa. Si crees que te va a resultar difícil decir lo que tienes en la cabeza, anótatelo en un papel. Si la persona no entiende a la primera lo que intentas contarle, prueba a explicárselo de una manera diferente o ponle un ejemplo de lo que te preocupa o molesta. Si hay algo que crees que podría mejorar las cosas, explícaselo también.

Algunos niños -al igual que algunos adultos - son más introvertidos que otros. Esto significa que hay algunas personas que son más tímidas y les cuesta más compartir sus sentimientos. No es preciso compartir con los demás todos y cada uno de los sentimientos que tenemos, pero es importante que lo hagamos cuando necesitamos ayuda. No puedes solucionar tú solo todos tus problemas. A veces necesitarás ayuda. Y, entonces, hablar sobre cómo te sientes puede ser el primer paso para obtener esa guia que estas buscando.

Suerte !!! Recuerda que todo es cuestion de confiar en nosostros mismos, y mantener una actitud abierta, flexible y positiva para aprender algo nuevo sobre nosotros y sobre la vida !

Conducta agresiva infantil

Junto a la desobediencia, la agresividad infantil es uno de los problemas de los que más se quejan los padres y educadores; muchas veces aparecen unidos ambos tipos de problemas.

La mayoría de veces en que aparece una conducta agresiva es debida es una reacción a una situación conflictiva, que puede resultar de:

1.Problemas de relación social con otros niños o mayores (Pedro quiere el juguete de Juan y éste no se lo da; o quiere que su madre le compre un helado y ésta no lo hace...).

2.Problemas con los adultos por no querer cumplir sus órdenes (no querer ir a la cama, o recoger los juguetes, o lavarse las manos en el momento adecuado...).

3.Problemas con los adultos cuando les castigan por haberse comportado mal, o con otro niño cuando éste le agrede...

Sea lo que sea, el conflicto provoca en el niño un sentimiento de frustración o cualquier otra emoción negativa a la que responderá.

Su reacción dependerá de cómo ha aprendido a reaccionar, ¿pero cómo aprende a reaccionar agresivamente en lugar de constructivamente?, hay que distinguir entre 2 momentos:

•la adquisición de la conducta agresiva
•el mantenimiento de la misma.

El niño puede aprender a comportarse agresivamente mediante el MODELAMIENTO que los padres, otros adultos, hermanos o compañeros les ofrecen. Al castigar al niño mediante violencia verbal o física, se convierten en MODELOS de conductas agresivas. El niño, se da cuenta de que con esta actitud, el padre consigue sus propósitos, al menos momentáneamente, y puede imitarlo en otras situaciones que le surjan (tener en cuenta también otros modelos agresivos como TV, cine, videojuegos, etc.).

El niño tiende a imitar los modelos de conducta que se le presentan. Si vive rodeado de modelos agresivos irá adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas.

Imaginemos que siempre hemos bebido agua, sólo agua, y de repente un día nos dicen que expliquemos cómo sabe la cocacola... Es imposible si antes no la hemos probado ¿no?, pues es lo mismo, los niños aprenderán a comportarse de acuerdo a los patrones que les presentemos, según los modelos que tengan oportunidad de observar y según las consecuencias de las conductas que observan. Si no les mostramos ejemplos adecuados no podrán aprenderlos. No esperemos que por castigarles o regañarles sepan automáticamente cómo deben actuar.

Hasta ahora hemos hablado de la adquisición de conductas agresivas, ahora vamos a ver un poco el MANTENIMIENTO de las mismas una vez se adquieren. Sabemos que cuando el niño se encuentra en una situación conflictiva e imita lo que ha observado en otros, y obtiene un reforzador, la próxima vez tenderá a repetir el mismo tipo de comportamiento. Si vuelve a repetir el mismo proceso (conducta+ reforzador), esta conducta se consolidará asentando las bases para que se mantenga. Así, el responsable del mantenimiento de la conducta agresiva, es otra vez el reforzamiento:

"Un niño está en el supermercado con la madre dándole patadas porque ella no quiere comprarle una bolsa de caramelos. Al rato vemos que la madre le compra los caramelos. Ya sabemos que la madre ha reforzado el comportamiento del niño ya que éste se ha salido con la suya. Si esta clase de interacción entre la madre y el hijo se repite con frecuencia es de esperar que el niño se vuelva cada vez más dominante y utilice más veces la agresión para lograr lo que quiere."

Y hay otro tipo de reforzador, que muchas veces pasa desapercibido para los adultos, y es LA ATENCIÓN PRESTADA AL NIÑO tras la emisión de la conducta agresiva. Incluso cuando nuestra intención sea la de castigar, podemos estar reforzando la conducta agresiva, porque la atención es uno de los reforzadores sociales más potentes, y la atención de los padres es el mejor reforzador de conductas, tanto positivas como negativas.

Podemos prestar atención a alguien positivamente, al reconocer algo que ha hecho bien, etc., pero también podemos prestar atención con propósitos negativos cuando regañamos, gritamos, miramos enfadados, etc. Además, ocurre que cuando el niño se comporta adecuadamente no le decimos nada porque está haciendo "lo que debe hacer", nos deja tranquilos, etc. y sin embargo nos relacionamos con él muy intensamente cuando hace algo mal. En estos casos nuestros intentos de castigo refuerzan dicha conducta y mucho más si lo hacemos gritando o hablando exageradamente, porque es una forma llamativa de prestarle atención, una atención que el niño necesita, y que si no aprende a conseguirla de forma positiva no le importará mucho hacerlo de forma negativa, aunque le regañen, le griten, le castiguen... porque la atención del adulto (y más la de los padres) es una necesidad para ellos, y aprenderán la forma de conseguirla de un modo u otro.

El comportamiento agresivo es muy común en los niños. Es mucho más frecuente en los primeros años, y luego va disminuyendo. El nivel máximo se da sobre los 2 años, a partir de los cuales disminuye hasta alcanzar niveles más moderados en la edad escolar. Así, cuando decimos que un niño mayor es agresivo, decimos que tiene la misma frecuencia de conductas que el de 2 o 3 años.

Se puede decir que la agresividad es relativamente deseable en el proceso de socialización, entendida como cierta dosis de combatividad, gracias a la cual se pueden ir consiguiendo pequeños logros. Pero esa dosis no debe pasar los límites aceptables para que se considere como adaptativa. No es bueno que el niño tenga miedo a ejercer sus derechos, pero tampoco lo es dejar rienda suelta a la agresividad.

El niño agresivo no se encuentra a gusto ni con los demás ni consigo mismo. Los ataques agresivos fomentan respuestas agresivas por lo que es normal descubrir que estos niños no son populares. El comportamiento agresivo dificulta las relaciones sociales y la correcta integración en cualquier ambiente.

Igualmente hay que tener en cuenta que algunas manifestaciones de agresividad son admisibles en una etapa de la vida pero no lo son en otras. Es normal que un niño en sus primeros años de desarrollo llore, patalee, golpee..., pero en etapas posteriores estas conductas no son aceptables. Después de los 6 años estas conductas suelen convertirse en insultos verbales, acusaciones... Si estas conductas llegan a consolidarse, independientemente de la edad que tenga el niño, es muy probable que tenga problemas en el futuro.

Muchos padres piensan que estos problemas de los niños son hereditarios y por ello no se les puede ayudar.... bueno, no toda conducta humana es afectada por la herencia pero en mayor medida por el ambiente. La herencia como tal, no es punto central en este tema, pero el entorno sí. Así que, hay que saber que el problema puede resolverse. Entre los niños hay diferencias a la hora de aprender, pero todos pueden cambiar su comportamiento. La mayoría de fracasos a la hora de resolver problemas de conducta en los niños no se deben a que el niño no sea capaz de aprender, sino a la ignorancia de los adultos sobre cómo puede modificarse el comportamiento humano.

Las conductas agresivas se aprenden por imitación u observación de la conducta de modelos agresivos, es decir, el niño tiende a imitar los modelos de conducta que se le presentan La reacción de cada niño depende de cómo haya aprendido a reaccionar ante las situaciones conflictivas. Si vive rodeado de modelos agresivos, irá adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas.

El niño no es adivino, no nace sabiendo, ni aprende solo; no puede saber cómo debe comportarse si no es viendo cómo lo hacen los demás. Los niños aprenderán a comportarse de acuerdo a los patrones de conducta que les presentemos, según los modelos que tengan oportunidad de observar y según las consecuencias de las conductas que observan.

PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE AGRESIVIDAD EN NIÑOS:
Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia es disponer el ambiente para que el niño no aprenda a comportarse agresivamente, y para que aprenda conductas alternativas a la agresión. ¿Cómo disponer el ambiente?... Modelando (haciendo de modelo), instruyendo (enseñando) y reforzando (recompensando) conductas adecuadas y no reforzando las agresivas. Así mismo hay que modelar comportamientos asertivos para defender los propios derechos.

Cuando nos encontremos con situaciones conflictivas (con la pareja, con el hijo, con los vecinos...) hay que modelar la calma. La calma se puede modelar mediante la expresión facial, la postura, los gestos, lo que se dice y el tono, y la velocidad y volumen con que se dicen las cosas. Hay que ser un modelo que intenta enseñar un comportamiento alternativo a la agresión.

Nunca dejar que el niño, desde pequeño, consiga lo que quiere cuando patalea, grita, empuja... Hay que esperar a dárselo cuando lo pida de forma calmada. Hay que dar instrucciones al niño de cómo hacerlo si aún no sabe (el niño no es adivino) y reforzarle con una sonrisa, con un abrazo, con un "así me gusta", con muestras de alegría por su conducta, etc.

Hay que reforzar cualquier intento del niño de comportarse adecuadamente en situaciones conflictivas, por muy pequeño que sea. Tenemos que trabajar paso a paso, nada se consigue de golpe. Esto será fácil cuando nos acostumbremos a prestar atención a lo positivo, a lo adecuado, y no tanto a lo negativo.

En cuanto al tratamiento del comportamiento agresivo no hay solamente que eliminarlo o reducirlo, sino que hay que fortalecer también comportamientos alternativos a la agresión, es decir, hay que conseguir 2 objetivos:

1.Debilitar las respuestas agresivas.
2.Reforzar respuestas alternativas deseables.

Las conductas incompatibles con la agresión se pueden reforzar con cualquier reforzador material, social, o de actividad. Por otra parte, el uso combinado de MODELADO y REFUERZO es el método más eficaz para transmitir y mantener conductas sociales y también para incrementar o disminuir la tendencia a comportarse de una manera concreta. Y por supuesto hay que realizar entrenamientoen habilidades sociales, en resolución de problemas, en procedimientos de autocontrol y en relajación.

como ayudar a crear conductas positivas en los niños

Todos como padres deseamos que nuestros niños sean felices, independientes, responsables y seguros. Para ello desde muy pequeños se estimula en ellos las conductas positivas, es decir comportamientos adecuados que favorecen un desarrollo emocional y social óptimo.

¿Cómo lograrlo?

Brindando modelos adecuados y favoreciendo el desarrollo de su autoestima.
Todo niño necesita sentirse aceptado, respetado, que creamos en él, en su capacidad para superar problemas, para colaborar. Por otro lado tengamos en cuenta que enseñamos con nuestra manera de comportarnos. Somos incoherentes cuando no hay correspondencia entre lo que exigimos a los niños y lo que hacemos nosotros.

Algunos errores que cometemos:
Esto es lo que como padres y educadores no debemos hacer:

a) Hacerlos sentir incapaces.

Sin darnos cuenta comunicamos a los niños que no son capaces de realizar una tarea creándoles inseguridad. Ellos son muy sensibles a las expectativas de los adultos, por lo que comienzan a dudar de sus habilidades e incluso pueden fracasar. Muchas veces hemos dicho cosas como “Cuidado, que te puedes caer”, “No lo hagas, espera que yo te ayude”, estas frases pueden aparentar una preocupación por el niño, tienen un trasfondo de tipo “no puedes hacerlo”; lo que los padres pueden hacer es cambiar estas frases negativas a positivas como “tu puedes hacerlo” y brindarle la ayuda necesaria o si está en una situación de peligro bastará con decirle “Ten cuidado, agárrate fuerte”, sin anticipar lo que puede experimentar, ya que esto predispone al niño.

b) Pedirles más de lo que pueden.

A cada edad corresponde un estado de desarrollo intelectual y de aprendizaje. En nuestro afán perfeccionista, queremos exigirles más de lo que pueden dar o hacer. Es errado no considerar su edad y sus capacidades, ya que ocasiona en el niño frustración.

c) Hacer comparaciones e incitar la competencia entre hermanos.

Usualmente existe gran facilidad para elogiar al que tiene éxito e ignorar o censurar al que fracasa. Incluso a través de los gestos podemos establecer comparaciones entre los hermanos o los alumnos, generando la falsa idea de que se les quiera solo por lo que hacen, Detrás de cada “oveja negra” podemos encontrar un niño que busca un lugar dentro de su familia o del aula. Para superar esto debemos estimular a cada uno de acuerdo con sus necesidades.

d) Inculcarles que sólo valen cuando tienen éxito.

Triunfar sin que importe los modos que empleen, fomenta el individualismo y tergiversa el desarrollo de su personalidad. Genera además una incapacidad para aprender del fracaso.

e) Hacerles depender solo de premios o cosas materiales.

Dificulta que e niño actúe por motivaciones internas no les ayuda a crecer, a tomar iniciativas.

Cómo estimular con eficacia conductas positivas:

a) Prontitud en nuestras respuestas

Cuando queramos afirmar en los niños ciertos logros o conductas positivas, debemos estimular y alentar sus esfuerzos durante el proceso o inmediatamente después. Postergarlo hace perder eficacia a la estimulación. Frases amables como “que bien lo estás haciendo”, “estas trabajando, qué bueno” y gestos cariñosos son muy valiosos cuando se los realiza en el momento adecuado, cuando la conducta positiva se está presentando.

b) Estímulos diferentes para niños diferentes

Los niños, como los adultos, tienen diferentes preferencias. No a todos les agrada lo mismo, porque tienen experiencias diferentes. Cuando estimulemos tengamos en cuenta estar particularidades: a unos les agradará que les narren un cuento o jugar con la mamá, a otros será mejor darles un dulce, o bien preparles algún platillo que sea de su preferencia, cuya acción genere secuencias cálidas de acercamiento y relación pero para otros bastará la palabra acompañada del afecto sincero. Padres y maestros debemos conocer los gustos e intereses de los niños, para estimularlos con mayor eficacia favoreciendo su desarrollo hacia conductas positivas.

c) Lograr el desarrollo de nuevos comportamientos adecuados

El aprendizaje de nuevos comportamientos como saludar, recoger los juguetes, etc., no ocurre espontáneamente. Requiere de una conducción que refuerce desde el inicio la nueva conducta. Al comienzo es importante estimularlos inmediatamente por la acción realizada. Cuando el niño reitera con regularidad la nueva conducta, mantendremos el estimulo en forma intermitente hasta que se afirme el nuevo comportamiento. Por ejemplo cuando el niño guarde los juguetes, podemos reforzar su conducta con una felicitación, un abrazo o una calcomanía (reforzador social o material), esto ser realizará cada vez que se presente la conducta, posteriormente y paulatinamente estos reforzadores disminuirán hasta que el niño incorpore dicha conducta como parte de su estilo de vida.

Tipos de estímulos o reforzadores que podemos usar:

Sociales: Están basados en estímulos verbales (felicitaciones), contactos físicos (palmaditas, caricias de aprobación…), expresiones faciales (gestos, sonrisas, movimientos de cabeza…).

Físicos: los dulces, los premios, regalos, etc., son valiosos cuando están ligados a estímulos de carácter social, cuando se realizan dentro de un contexto emocional que genere la aproximación. No podemos abusar de ellos creando dependencia. Esto es my importante, ya que de lo que se busca es promover la motivación interna sin necesidad de condicionar el comportamiento del niño. Es preferible prescindir de este tipo de reforzadores en la medida de lo posible.

Actividades preferidas: Conociendo los gustos de los niños, podemos usar las actividades que más les agradan (paseos, recreos…) para estimularlos con eficacia.

Retroalimentación: Cuando se realiza un esfuerzo o actividad especifica, es gratificante ser alentado por la forma como se ejecuta (“estas escribiendo muy bien” o “qué bonito el dibujo que está pintando”, por ejemplo).

Estas son solo algunas de las recomendaciones generales, que esperamos que sean pautas que como padre te motiven en la maravillosa labor diaria con tu hijo, impulsándolo a un crecimiento y aprendizaje continuo.

Disciplinar es un acto de amor

¿Berrinches? ¿Peleas entre hermanos? ¿Al entrar a alguna tienda, todo quiere?

Si busca que su hijo se caracterice por ser un niño independiente, autónomo, seguro y reflexivo, el establecimiento de límites es primordial. Ya que la importancia de poner límites a los niños, no solo esta ligado a una convivencia más armónica, sino también porque los niños son los primeros interesados y beneficiados de que se les marquen  parámetros; que, además de infundirles seguridad, les van a permitir adaptarse mejor a las normas y límites sociales en su vida social y adulta.

Uno de los errores que pueden cometer algunos padres es el de establecer “límites flexibles”. Entonces ¿Cómo educar a niños responsables e independientes? La respuesta sin duda es: <span>con límites claros.</span>

Los limites flexible y/o ambiguos es  “Cuando NO significa: SI, A VECES, o QUIZÁ”. Es decir, le estamos diciendo ‘No’ al niño, pero al no hacerlo con firmeza, el resultado es que el niño percibe  el mensaje del  lenguaje no verbal y lo traduce como tolerancia ante su conducta por lo tanto es de esperase que; siga portándose mal, sin obedecer, discutiendo, etc. Ya que lo que el recibe es un doble mensaje. “Un NO pero bueno ándale con tal de que ya no llores”

Un ejemplo cotidiano de un límite blando, es cuando los padres tienen que repetir una y otra vez las cosas al niño y hasta que no le dan un grito, éste  hace caso omiso a las advertencias con matices de tonos de voz altos.

Establecer límites firmes no significa emplear castigos u otros métodos punitivos sino, al contrario, actuar con serenidad pero con firmeza y de manera consistente.

Estos  son algunos consejos para establecer límites firmes:

1-     El mensaje o la norma debe centrarse sobre la conducta:

Si queremos que un niño haga o deje de hacer algo hay que decírselo con claridad, centrándonos en lo que queremos que haga o deje de hacer, es decir, en la conducta en cuestión, no en la actitud o en la autoestima del niño. Por ejemplo, si el niño nos interrumpe cuando estamos hablando con otra persona habría que decirle “Espera a que termine de hablar” o “No  es correcto queme interrumpas cuando hablo con otra persona”, en vez de “No seas pesado” o “Compórtate como un niño mayor”.

2-     Ser lo más concretos posible, ser directos:

A la hora de establecer el horario de llegada a casa de un adolescente habría que concretar, por ejemplo: ‘Vuelve a casa antes de las 10’. No sería adecuado el mensaje ‘Vuelve pronto’ o ‘No llegues tarde’. En el caso de un niño pequeño; “Hay que terminar la tarea rápido”  es mejor decirle: “tenemos 40 minutos para terminar”

3- Hablar con calma. No hace falta gritar:

Dar las órdenes o instrucciones en un tono de voz normal puede trasmitir más firmeza que dar un grito, que sólo significa que se empieza a perder el control en uno mismo. Además cuando un niño se acostumbra a que le griten, se bloquea y es casi automático que deja de escuchar. Es importante mantener el contacto visual. Ponerse a la altura de los ojos y dar la orden concisa y precisa.

4-    Fijar la consecuencia que traerá  consigo el incumplimiento de la norma o límite:

Educar bajo consecuencias lógicas, resulta mucho mas funcional. Ya que el niño se educa bajo el concepto de responsabilidad.  “si no haces la tarea temprano, no hay sesión de wii”  las consecuencias lógicas, no son negociables. Y aun más importante es de actuar bajo consecuencia. Es recordar que cada padre o tutor es el primer responsable del compromiso de cumplir. Si usted no tiene disciplina al educar, no es posible que su hijo sea disciplinado. Un límite es firme si siempre lleva aparejada la consecuencia. La consistencia es el punto más importante del establecimiento de límites: cuando el niño sabe que siempre sus padres actúan como han acordado, tendrá en cuenta la norma y la respetará.

5-    Explique al  niño  la razón por la cual  su comportamiento es incorrecto,  de esa forma se abre el canal de diálogo. De esta forma se trabaja la autoconciencia y autorregulación.

6- Recuerde no avergonzar al niño. Si es posible, reprenda al niño de forma confidencial en privado. Ya que no contribuye al desarrollo sano de su autoestima, corregirlo de forma brusca y pública.

7- Por último, tome en cuenta que, los límites claros cumplen la misma función que una brújula. Hoy se forja  el futuro de su hijo.  Reflexione si entonces, vale la pena o no, la calidad de vida que garantiza una buena educación.

Un Elefante Desobediente

La Autoestima

La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos, teniendo como sustento las sensaciones y experiencias que hemos incorporado y vivenciado a lo largo de nuestra existencia.

Esta autovaloración es sumamente importante, ya que las personas que se sienten conformes con su propia realidad son las que habitualmente se plantean constantemente nuevos proyectos y retos, mientras que aquellos que se quedan encerrados en sus inseguridades y miedos difícilmente puedan salir a enfrentar la vida con la voluntad renovada.

La realidad es que la autoestima, aunque evidentemente tiene una raíz ligada a las características propias de la persona, se forma muchas veces a lo largo de los años por las valoraciones y críticas que vamos recibiendo del entorno.

Padres que no reconocen los talentos de sus hijos, maestros que castigan a los alumnos porque no demuestran capacidad en un área o grupos de amigos que dejan de lado a algunos de sus integrantes son verdaderas “fábricas” de personas que, en un futuro cercano, podrán registrar una muy baja autoestima, disminuyendo sus potencialidades como individuos creativos y capaces.

¿Cómo mejorar la autoestima?

Un buen principio es; definir el problema, esto nos llevará a mejorarlo. Para eso, es necesario seguir algunas pautas que nos ayudarán a comprender que nada es tan estricto en la vida y que no somos los mejores cuando hacemos algo correctamente ni los peores al fallar. Una pequeña “guía” para aumentar la autoestima incluiría estos puntos:

•Convertir lo negativo en positivo: nunca hay que perder las ganas de pensar en positivo. En vez de creer que no es posible hacer nada, siempre es mejor pensar que con voluntad y esfuerzo las cosas pueden lograrse.

•Nunca generalizar: a lo largo de nuestra vida, tendremos muchas experiencias negativas. Pero eso no significa que las mismas se repetirán hasta el infinito siempre en los mismos campos. Es decir, si alguien no se siente a gusto en una carrera universitaria determinada y abandona, esto no significa que la educación superior esté vetada para esa persona.

•Ser consciente de los éxitos, disfrutarlos y potenciarlos: debemos reconocer en nosotros mismos las capacidades que hemos tenido en algún campo de la vida para poder obtener un éxito, disfrutar esas victorias y apuntar hacia esos puntos positivos para incrementarlos aún más en el futuro.

•No compararnos con los demás: sencillamente, porque es inútil y no nos lleva a nada. Cada persona hace su propio camino y afronta sus propias dificultades. Todos somos diferentes y tenemos cualidades positivas y negativas en distintos ámbitos.

Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico,
puedo ser verdadero.

Para Pensar

Nos quedamos sorprendidos, cuando se da cuenta en periódicos o radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad.

Frente a lo anterior, el siquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo, que creo que a todos los que somos padres, o seremos abuelos algún día, nos debe interesar; el texto que me llegó suscrito por el doctor Mella, es el siguiente:

Yo me preguntaría y plantaría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?

A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.

Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.

 No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.

Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.

Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de mtv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.

Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y  buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no ¡Lo consultan en internet!

Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no me alcanza.

Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca,  marihuana o cuando mínimo alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes.

Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.

Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿Entonces en qué estamos fallando?

Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.

Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:

¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.

Muchos de los nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro.

El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. háganles el hábito del ser agradecidos.

Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.

Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y  por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.

Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.

Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita... Saludos.

El Miedo Se Aprende

Los miedos son, como el amor y el dolor, necesarios en un proceso de aprendizaje. 


Justamente como tal son experiencias a que estamos todos, como seres humanos, predestinados a vivir. Lo que ocurre es que estas experiencias toman matices distintos de acuerdo con el ambiente en que se vive. Del mismo modo en que los padres enseñan naturalmente muchas cosas a sus hijos y, una de ellas, es el miedo. Aunque para los padres esta enseñanza es apenas vista como una forma de protección para el hijo.

Ejemplo: si el niño se asoma a la ventana, o toca la estufa. En un principio el niño no teme a nada. Solamente a lo que le hiere aprendiendo así la emoción de la que es el miedo.

Los niños aprenden a tener miedo. Pero el miedo está relacionado a un comportamiento de otra persona. Si se hiere un niño eso es una sensación de dolor, pero si el niño cuando va a vivir una situación de riesgo y alguien le avisa con exaltación del peligro, el niño experimenta la sensacion de lo que tener miedo significa. Y eso es emoción. El miedo no es una experiencia directa del niño. El dolor sí. El dolor es un aprendizaje directo y por lo tanto el niño sabe exactamente lo que ocurrirá. El miedo es indirecto, por lo tanto no sabe lo que ocurrirá.

Qué hacer
Como el miedo aparece porque hay alguien que se lo enseña, desaparecerá cuando haya alguien que lo disuelva. Jamás una madre que tenga miedo del miedo de su hijo podrá ayudarle a sentirse mas seguro. Tendrá que estar segura primero de que continuar con ese miedo no le facilitará la vida sino que la entorpecerá. Está claro que hay que tener miedo. Es necesario para sobrevivir y diferenciar la realidad de la fantasía. Pero sí a las situaciones reales de riesgo como tirarse por la ventana, salir volando, ser superhéroe, etc.

Es necesario añadir que las diferencias para vivir los miedos siempre serán individuales y muy personales porque habrá niños que aún aprendiendo de situaciones reales con los miedos de sus padres sean más arriesgados que otros y por lo tanto sean menos miedosos. Es necesario enseñarles sus límites. Como por ejemplo: el que no puede tener alas para volar como Superman, etc.

Otros tipos de miedo o temores espécificos


Mas que un simple miedo,podríamos llamar a los miedos que surgen con los cambios. Ahí lo que ocurre es que por reacción de una situación (cambio de escuela, casa, comida, amigos, lenguaje, etc.) que el niño haya tenido estable anteriormente, de pronto cambia sin previo aviso sin que haya nadie que se haga de mediador en la situación nueva. Como reacción natural de cualquier ser humano a lo nuevo entonces aparece el miedo. La edad que sea, de un niño a un adulto, la reacción es de inseguridad. Cuando hay cambios y no le explican el cambio, como todo esta dado vuelta, pues la reacción más primordial es el miedo.

Como deshacer un miedo: ¿Se quita el miedo?


Sí. El miedo es como un “vecino raro” que se instala en la casa. Si es bien recibido seguramente se quedará. Es como un mago. Si le quitas la magia perderá su encanto y dejará de ser un mago. Al miedo, como al “Señor de los Anillos”, hay que quitarle el poder. Y el poder siempre esta por algo que desconocemos. La varita mágica es el desconocimiento. Por ello hay que explicar, de una forma lógica, lo que produce miedo al que lo siente. Es primordial para quien quiera disolver el miedo de un niño, quererlo, creerlo, y estar convencido de que puede. Es más: es necesario creer que el miedo no tiene utilidad para el niño dándole una explicación lo más verdadera posible.

Existen distintos miedos en la infancia. Pero en todos los casos, es más fácil explicar el miedo como se fuera un mago, un vecino, algo raro, pero colectivo, para que el niño se quede más centrado.

Formas de enfrentarlos

4 – 5 años – Contar un cuento inventando algo, un objeto más cercano y conocido por el niño, que sea como una varita mágica para dar seguridad. Ejemplo: en la historia de Dumbo. Le dio más seguridad saber “que para volar solo tenía que llevar la plumita mágica”. Así Dumbo perdió el miedo a volar.
6 – 7 años – Acompañar al niño en el miedo. Hacer sentir seguridad. Poner humor y/o juegos. Desmitificar. Ejemplos: juego con linterna en la oscuridad. Si el niño imagina la presencia de brujas y/o monstruos, en su habitación durante la noche, juegue con él durante el día, apagando las luces de la habitación y fingiendo ser un detective, o a un pirata en busca del tesoro. Así, poco a poco su hijo se acostumbrará con la oscuridad.
8-10 años – A estas edades ya se puede explicar los miedos. Y dar autonomía al niño de cómo resolverlos. El niño tiene que implicarse. Sentirse implicado y quererlo. Sentir que su miedo no tiene sentido. Hay que inducir al niño a que encuentre una solución propia. Opine y que invente una solución. Que esté convencido de que su miedo tiene que acabar.

Aparte de todo eso, si después de intentar quitar los miedos de su hijo y ves que eso lo está perjudicando en sus estudios y en su cotidiano, llévelo a un especialista, es necesario considerar que existen personas más sensibles que otras. Y que se pueden ver influenciadas por emociones de otros o situaciones que estén en el ambiente.

Hay que respetar a los miedos de los niños evitando frases como: “Eres tonto por tener miedo. No seas mentiroso. No te creo.” Un miedo siempre es verdad y real para el que lo tiene. Sin embargo las raices del miedo se fundamentan en lo irracional.

Lo que NO se debe hacer
No debemos ignorar los miedos de los niños. Tan importante es saber lo qué  hay que hacer que lo que NO se debe hacer en cuanto a la superación del miedo de un niño. Es muy importante que los padres respeten y busquen entender los miedos que tiene su hijo. Los miedos son inevitables pero sí controlables si el niño cuenta con la confianza y la ayuda de sus padres y personas que lo cuidan.
Aquí tienes algunos consejos que ayudarán a ti y a tu hijo a que superen juntos al miedo:
- No asustes a tu hijo con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., principalmente antes de acostarlo. Tienes que decirle que estos personajes solamente existen en los cuentos y películas..
- No te rías de los temores que tu hijo expresa. Si ridiculizas o burlas de su miedo disminuirá su confianza. Frases como “No seas tonto, niños como tu no deben tener miedo de eso”, o ” No tienes vergüenza de tener estos miedos…”, no contribuirán para disminuir el temor que él siente. Al revés, le desanimará a compartir sus temores contigo.
- No transmitas más miedo a tu hijo del que ya tiene. Él necesita tener su seguridad y confianza. No ignores sus miedos. No le mientas, por ejemplo, diciéndole que una inyección no le dolerá o algo parecido. Si mientes sobre una situación de miedo le producirá más temor. Ayúdale a prepararse para enfrentar la situación con la verdad y con honestidad. Si tu hijo tiene miedo de irse al colegio, escucha sus razones, llévalo de visita a la escuela, enséñale su clase y habla sobre lo mucho que irá aprender allí.
- No obligues a tu hijo a pasar situaciones que él teme. Los miedos no se superan enfrentándose a la situación de una vez por todas. En lugar de ayudar, algunas veces esto intensifica el miedo. Tu hijo tiene el derecho de acostumbrarse poco a poco a situación que él teme. No le obligues ver una película de la cual él tiene miedo, o que acaricie a un perro que no le gusta.
- No transmita sus temores personales hacia tu hijo. Si tienes miedo a las arañas, tu hijo puede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos le da a tu niño el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares.
- No le llames de cobarde o infantil a tu hijo si se muestra temeroso ante cualquier situación. No le ridiculices. Eso no le ayudará en absoluto. Le hará sentirse inseguro, necesitado de cariño, solitario y sin comprensión.
- No le obligues a afrontar su miedo en solitario. Este es un tremendo error. Nunca obligues a tu hijo a entrar a oscuras en su habitación si no quiere hacerlo. Provocarás un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a perpetuarlo. Además, el sentimiento de no ser capaz de afrontar la situación no le dejará sentirse orgulloso de sí mismo.
- No le des demasiada importancia. Si cada vez que veas un perro te interpones entre tu hijo y el animal e insistes en que tu le defenderás, el niño acabará pensando que todos los perros son realmente peligrosos y no podrá superar su miedo.
- No ignores los miedos de tu hijo. Si así lo haces, el niño se sentirá perdido y solo. No encontrará la forma de enfrentarse al problema y percibirá por tu parte desinterés y falta de cariño y de atención.