lunes, 13 de junio de 2011

SOMOS NUESTRAS PALABRAS



Asertividad es utilizar el lenguaje de manera tal que nuestro mensaje sea escuchado por el otro; es una manera responsable de comunicarse.

Identifica cómo es un papá o mamá asertivo en contraste con uno pasivo y otro agresivo.

¿Cuál es tu tipo?

Imágina que tu hijo está brincando muy divertido con su hermanito en el sillón de la sala, donde tú estás viendo la televisión. Definitivamente, quieres que se detengan, entonces...
  • Agresivo: Darías un par de gritos, “Dejen de brincar o ya verán cómo les va a ir, ¿me escucharon?”. Si siguen brincando, gritarías más fuerte “Me están pidiendo a gritos una nalgada. No estoy jugando”.
  • Pasivo: “Niños, dejen de brincar. Niños, ya dejen de brincar por favor… Ya por favor… Por favor
    que no brinquen. Oigan, no me dejan ver la tele, por favor ya no brinquen”.
  • Asertivo: “Si quieren brincar lo pueden hacer afuera en el patio. Si quieren estar aquí adentro pueden sentarse conmigo o traer algún juego silencioso como A o B". En caso de que siguieran brincando, los tomaría de la mano sin enojo y los llevarías al jardín para decirles “Aquí pueden brincar todo lo que quieran”.
Ser o no ser, las consecuencias

El problema de ser un papá o mamá pasivo es que el niño aprende a transgredir los límites o reglas de manera común.

Los padres agresivos que ponen límites a través del miedo, están enseñando a lastimar a otros. Esto puede llevar a un niño a actuar como el “bullying” o “abusador” del salón.
El padre asertivo enseña el respeto y cómo poner límites sin agredir o tener que descalificar a otros.

Tip 1

Ten una buena relación con tu pareja. Ambos son un ejemplo para sus hijos. Si se saben comunicar en las buenas o en las malas, los niños lo aprenderán.
Esto no quiere decir que  todo el tiempo la relación sea miel sobre hojuelas, más bien que en los conflictos generen recursos para restablecer la armonía que el enojo o el coraje puedan llegar a romper.

Evita discutir frente a tus hijos. La mayoría de las parejas se olvidan de esta situación y normalmente no hay un instructivo que nos diga qué hacer cuando se genera un conflicto.

Ten en mente que tus hijos durante sus primeros nueve años, reunen la información sobre el tipo de pareja que buscarán en su vida adulta.

Esta información la obtendrán al observar cómo papá y mamá llevan su relación.

De la forma en que trates a tu pareja será de donde tu hijo tomará información para hacer su elección.

Tip 2

El aprendizaje más importante se basa en el ejemplo y la comunicación no verbal. Si tú hablas de respeto, pero no tomas en cuenta las opiniones de tus hijos y los intimidas, les estarás enseñando cómo vives el respeto en tu vida. Si tu hablas mal de su papá, lo criticas, lo descalificas y le contestas de manera grosera o déspota, estás enseñando la manera en la que respetas a los seres queridos.

Los hijos están al pendiente de lo que hacen los padres: cómo hablamos, cómo nos vestimos, cómo caminamos... Si nosotros aprovechamos este potencial para darles información que les ayude a relacionarse de manera sana, vamos a tener la capacidad de ir transformando nuestras familias en núcleos funcionales y sanos.

Tip 3

Para que tus hijos desarrollen seguridad emocional, tú debes demostrarles:
  • Autocontrol
  • Mediar o dirigir el conflicto
  • Responsabilidad por las emociones: la primera regla de oro es “nadie te hace enojar sin tu permiso”.
  • Hablar cuando no estés enojada y tu pareja tampoco. Tengan una clave para que en un momento de coraje, quien no pueda hablar ni escuchar, se retire y la otra persona espere el momento oportuno para entablar una conversación.
Recuerda que nosotros somos nuestras palabras y con ellas construimos o destruimos relaciones. Si empezamos a volvernos comunicadores responsables haremos de nuestros hijos niños responsables, es indispensable aprender a enseñar con el conflicto y volvernos los dueños de nuestras acciones.

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