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miércoles, 27 de abril de 2011
Y de pronto, la obscuridad ya no dio más miedo
En cuanto la luz se apaga, muchos niños sufren pensando que algo horrible está a punto de aparecer entre las sombras. Generalmente estos temores suelen aparecer alrededor de los dos y tres años de edad, cuando ya son capaces de usar la imaginación.
El miedo puede originarse con imágenes en los libros, imágenes o sonidos de la televisión, sobre todo si los programas vistos son inapropiados para la edad, y hasta con comentarios y regaños bien intencionados de los padres, como cuando advierten “pórtate bien o te va a llevar el coco”.
El miedo a la oscuridad aparece en algún momento en la mayoría de los niños y generalmente desaparece con el tiempo, a continuación enlistaremos algunas recomendaciones para ayudar a los niños a sobrellevarlo más fácilmente:
Antes que nada, respeta los sentimientos del niño. Evite decirles que su miedo es “tonto” o no tiene sentido.
Esto no solo no le quitará el miedo, sino que además lo hará sentirse culpable.
Mantén una estrecha comunicación con el pequeño.
Muestra calma y tranquilidad cuando hables con el niño sobre su miedo.
Explica al niño que lo que siente es miedo y que es normal sentirlo.
Házle saber que tu estarás ahí si te necesita.
Evita dejar que el niño se meta en su cama o en la de sus hermanos mayores, aunque sea muy tentador permitirlo con tal de que deje de llorar. Esto no lo ayudará a enfrentar su miedo.
No refuerces en el niño la idea de que los monstruos existen. Evite decirle que va a “revisar que no haya ninguno bajo su cama o dentro del closet.” Tampoco le digas que “si se porta bien los monstruos se irán.”
Mejor que lo anterior, házle sentir confianza al niño diciéndole que usted o papá irán a ver si se encuentra bien cuando él quiera, por ejemplo dentro de 10 minutos o después de algunas horas.
Permite al niño hacerse de algunos objetos que le den seguridad, como su cobijita favorita, algún muñeco de peluche o una luz de noche.
No permitas que el niño vea televisión o vea libros con imágenes impactantes antes de acostarse. Mejor adopte una rutina más relajante para antes de ir a la cama, como algunos momentos uno a uno con su hijo.
Si el miedo del niño se prolonga por mucho tiempo, consulta con un especialista para que te ayude a determinar si el niño requiere de alguna otra ayuda, sobre todo si el niño está pasando por situaciones familiares altamente estresantes como un divorcio, la pérdida de alguna persona importante o el nacimiento de un hermanito.
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